Spotlight, impresionante aventura periodística de Tom
McCarthy sobre la revelación de casos de abuso en la Iglesia Católica.
Y aquí estamos ante una película sobre el poder, manejada
por Tom McCarthy, autor de Vías cruzadas y The visitor, con un estilo clásico en la
puesta en escena, y también del guion.
En 2001, Marty Baron (Liev Schreiber), el nuevo editor del
Boston Globe un periódico de los de antes (sin Twitter), le pide a Spotlight,
su mejor equipo de reporteros, que investiguen a fondo los abusos de un puñado
de sacerdotes en Boston. El equipo, está
conformado por Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams), Mike Rezendes (Mark
Ruffalo), Matt Carroll (Brian d’Arcy James) y Walter Robinson (Michael Keaton),
quienes descubren un escándalo que podría transformar la percepción pública
sobre la iglesia.
El elenco es, claro, puntal decisivo de este film palpitante, obra de un equipo que no admite desequilibrios en ninguno de sus rubros.
Spotligtht, es la historia de cómo los valientes reporteros
del Globe — muchos de ellos católicos practicantes — armaron el sórdido
rompecabezas a la antigua, sin internet, y enfrentaron a una institución
milenaria con extensas redes de poder.
Spotlight es una película importante que toda persona
comprometida con la búsqueda de la verdad debería ver:
La
película, nos lleva a la emoción y a la reflexión, donde se narra toda una
serie de complejísimos pasos repletos de "esos malditos hombres". Presenta
a una sociedad acostumbrada a los crímenes de la iglesia, donde la ley encubre
y la prensa hace evasión el tema, mientras padrecitos pedófilos aprovechan la
devoción de la religión para cazar chicos con problemas en su familia.
La investigación, las entrevistas con víctimas, la recolección
de datos, el contraste de fuentes en discusión resulta austera, pero
envolvente. McCarthy logra engancharnos con una mano subrayando nombres en
gigantescas listas y después tecleándolos en una hoja de Excel.
Lo apasionante de la investigación -y del film entero-
reside en que el "enemigo" que se enfrenta es el silencio, el
disimulo, los velos que desde distintas caras del poder se imponen en el camino
a la verdad. Y la verdad, el único, objetivo
fundamental que se busca.
Masanobu Takayanagi
de director de fotografía del film capta los muchos rincones de las oficinas periodísticas,
desde las salas de prensa con iluminación fluorescente a los archivos del
sótano con sombra, y la película se encarga de una forma impresionante el tema
tan mediático del 9/11 (de una manera no sensacionalista), que retrata lo que
ese día debe haber sido como desde la perspectiva de los que tenían que cubrir
la historia. (La ética de la ejecución de una exposición sobre la Iglesia
católica en un momento de tristeza interna pasa a ser un tema de discusión.)
No tengo dudas de que Spotlight es una obra maestra que
merece convertirse en culto del periodista actual, por su fiel descripción del viejo
trabajo periodístico riguroso. Es una lástima que, en el mundo
sensacionalista de hoy, no logre también convencer de que vale la pena volver a
esa época dorada.
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